No el silbidito… dice Jaime, y se tapa los oídos. Su amiga Patricia ha silbado y no le gusta que lo haga.
Patricia también es amiga de Sara, y de María, y de Alejandra, y de Irene. Todas van al mismo centro que Jaime, son personas con TEA.
Según dicen, el trastorno tiene menos prevalencia en mujeres que en hombres; también dicen que se manifiesta de manera diferente. No lo sé.
Si sé que cada una tiene su manera de ser, su personalidad, y por ello se busca lo mejor en cada caso. Cada una de ellas es el centro, lo más importante. Y así las reconocemos, importantes, cada una con sus dificultades, con sus diferentes talentos, enfrentándose a un mundo que no les pone las cosas fáciles… igual que los chicos, porque todas son personas con TEA.
Fuera las cosas son distintas, las diferencias se exhiben como símbolo de superioridad, de poder o de posesión, y generan injusticias por el simple hecho de ser normal o raro, blanco o negro, hombre o mujer.
Trabajar y sin poder… dice Patricia. Ella tiene su talento y ha empezado su marca “Algo de Patricia”. Dibuja fantásticas cebras, elefantes, pájaros con zanahoria, leopardos milagrosos y otros muchos más que viven en su mundo.
Ella sabe que es importante, que es diferente, única e irrepetible, y nos enseña que, si sabes mirar bien, acabarás descubriendo que no eres ni mejor ni peor que nadie.
7 de marzo 2021