Me duele la garganta… dice Jaime. No siempre pasa, pero a veces, cuando dice esto, es que va a tener una crisis. Y cuando ocurre tienes que dejarlo todo, renunciar a lo que estás haciendo y a lo que pensabas hacer.
Disponibilidad y renuncia, cuestiones que a veces cuesta asumir, pero que han sido mi elección, algo que he hecho libremente, condicionado por las circunstancias, pero siendo consciente de ello. Y así surge la paradoja, lo que has hecho libremente te coarta precisamente eso, la libertad. Porque la elección, libre o no, siempre supone descartar otras cosas y cuando lo haces queda el poso de esa ensoñación sobre lo que podría haber sido si hubieras tomado otra decisión o si las circunstancias hubiesen sido distintas.
Hablamos de ser libres y muchas veces se nos viene a la cabeza más el capricho que la consciencia de esas otras cosas que rodean a la libertad: la renuncia, la responsabilidad, el momento, los demás… la condena a la libertad del clásico.
…libre… canta Jaime esa canción tan conocida que le ponen en la furgoneta de AUCAVI. Tiene sus obligaciones que no le permiten hacer lo que quiere, pero también sabe que hay que hacer las cosas bien.
Javier Martínez Erdozáin
18 de marzo 2023